viernes, 3 de diciembre de 2010

Ciudades sin Fin.

Dear Annie:

Cuando era pequeña soñaba que me perdía en una ciudad que yo no conocía, los caminos se hacían largos y extraños, inalcanzables y llenos de miles de vueltas y atajos, y yo seguía caminando por ellos sin encontrar un destino, se acababa el sueño y yo seguía caminando, para a la noche siguiente encontrarme en otro lado con las mismas características, no había un destino ni una predisposición social o legal. Simplemente caminaba por la ciudad.

En Europa, muchos años atrás, alguien quizás también tuvo este tipo de sueños, no lo se, pero lo que si se es que estaba de moda el Situacionismo, un tipo de pensamiento político y artístico que dio resultado a un termino bastante extraño pero bastante normal: Psicogeografía.

Ahora, te preguntarás qué tiene que ver mis sueños con esta propuesta del siglo XX. Tiene que ver en que la Psicogeografía como tal, busca entender como los efectos y formas del ambiente geográfico que nos rodea afecta en nuestro comportamiento. Como es que lo que vemos, oímos, sentimos y vivimos nos afecta a seguir comportándonos con los demás. Es una interacción entre lo que está allá afuera y la subjetividad que está dentro de nosotros. Una intersección única entre tiempo y espacio. Es una respuesta, una oposición a la normalidad y monotonía que las leyes humanas, urbanas y cívicas le han puesto a nuestra sociedad.

No busca la experiencia diaria ni la repetición de procesos, ni la alienación del individuo, sino todo lo contrario, busca la universalidad de algo especifico que se abre al mundo para ser diferente, interesante y variable. Como nosotros caminando a la deriva sin objetivo alguno solo guiándonos por emociones y como con nuestra subjetividad podemos interactuar con el medio y cambiarlo.

Espero hayas aprendido algo, que tengas un buen día.

Atentamente

Matilda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario